Por Antonio DÍAZ TORTAJADA (Sacerdote - Periodista - Poeta)
María:
La primera venida del Señor se realizó gracias a ti.
Y, por ello, todas las generaciones te llamamos bienaventurada.
Ahora que preparamos,
como cada año, una nueva venida,
los ojos de todos los discípulos de tu Hijo
se vuelven a ti para aprender,
con estremecimiento y humildad agradecida,
cómo se espera y cómo se prepara
la venida del Emmanuel:
Del Dios-con-nosotros.
Más aún,
miramos hacia tu persona
para aprender también cómo se da al mundo el Salvador:
Cristo Señor nuestro,
a quien todos los profetas anunciaron,
la Virgen esperó con inefable amor de Madre,
y Juan lo proclamó ya próximo
y señaló después entre los hombres.
El mismo Señor
nos concede ahora prepararnos con alegría
al Misterio de su Nacimiento,
para encontrarnos así, cuando llegue,
velando en oración y cantando su alabanza.
Con toda la Iglesia queremos alabarte,
bendecirte y glorificarte por tu Misterio de Virgen y Madre.
Porque, si del antiguo adversario nos vino la ruina,
en el seno de la Hija de Sión
en ti María,
ha germinado
aquél que nos nutre con el pan de los ángeles,
y ha brotado para todo el género humano
la salvación y la paz.
La gracia que Eva nos arrebató
nos ha sido devuelta en María.
En ti, madre de todos los hombres,
la maternidad, redimida del pecado y de la muerte,
se abre al don de una vida nueva.
Así, donde había crecido el pecado,
se ha desbordado tu misericordia
en Cristo nuestro Salvador.
Tu Virgen Inmaculada fuiste y sigues siendo
el personaje de los personajes del Adviento:
De la venida del Señor.
Por eso, cada día, durante el Adviento,
te evocamos, te agradecemos, te cantamos,
te glorificamos y enaltecemos como aquella
que fue la que accedió libremente
a ser la madre de nuestro Salvador el Mesías, el Señor.
Tu Madre Inmaculada eres tan importante,
que apareces
como el centro del misterio preparado e iniciado.
Aunque Navidad es para ti, María
la fiesta más señalada de tu maternidad,
el Adviento, que prepara esta fiesta,
es para ti y para todos nosotros
un tiempo de elección
y de particular preparación
para recibir a tu hijo Jesús.
Enséñanos a vivir este tiempo
como lo viviste tu.
Amén.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario