(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor)
Ayer, 25 de diciembre, solemnidad de la Natividad de Jesús, el sacerdote cubano Olbier Antonio Hernández Carbonell cumplió un año de servicio en la parroquia de Santa María del Mar. El 25 de diciembre de 2009, Olbier concelebró en Santa María del Mar, en la Misa de las 12 con Álvaro Almenar. Entonces no tenía parroquia ni sabía su inminente futuro cual iba a ser pero no concebía cómo un sacerdote no podía celebrar o concelebrar precisamente en una Solemnidad como es la Natividad de Jesús, quien luego, tras una cruel pasión, moriría en la Cruz y con su muerte nos proporcionaría la Vida Eterna a través de su Resurrección Gloriosa.
Olbier entonces concelebró pero ello sirvió para que ante la enfermedad del entonces vicario del Grao, José Ballesteros, Antonio Díaz Tortajada, actual párroco de esta emblemática parroquia, le brindase la oportunidad de celebrar siempre que él quisiera o pudiera en Santa María del Mar. Así se fue gestando una amistad sólida, una ayuda mutua y lo más importante, el arzobispado al cabo de un tiempo y ante el fallecimiento de D. José Ballesteros, tuvo a bien nombrar al padre Olbier, adscrito a Santa María del Mar.
Los agoreros, que siempre existen y existen en cualquier ámbito humano, cuando se enteraron de esta decisión, no dudaron en vaticinar que está 'unión' no iba a durar ni tres meses. Pues bien, los hechos han venido a demostrar que esos vaticinios estaban infundados y lo que es peor para los que así pensaban: cada día que pasa esta realidad que forman Antonio Díaz Tortajada y Olbier Antonio Hernández Carbonell es más solida, más fuerte y más importante. Antonio es el párroco pero no por ello no deja de aceptar las ideas que tiene Olbier. Entre los dos forman un buen 'tandem' y quien sale beneficiada de esta 'realidad eclesial' es la Comunidad Parroquial del Grao.
Antonio y Olbier pues se preparan para un año muy trascendente en esta parroquia del Grao pues en el 2011 se conmemorará el 600 aniversario de la llegada milagrosa del Cristo del Grao, un acontecimiento que, sin duda alguna, marcará a las gentes del Grao y en la que los dos sacerdotes tienen y deben de decir mucho.
No quiero despedirme de mis lectores sin dar la enhorabuena a Olbier por este primer aniversario de estancia y permanencia en Santa María del Mar. Enhorabuena que quiero ampliarla en la persona de Antonio Díaz Tortajada que fue quien le tendió la mano amiga y fraterna cuando más lo necesitaba Olbier. Lo dicho, los 'agoreros' han fallado. Olbier ya está un año en Santa María del Mar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario