(Desde El Cañamelar y la Hermandad del Cristo de los Afligidos, José Ángel Crespo Flor)
La Iglesia siempre ha estado al lado de la naturaleza. Insiste mucho -y el actual papa Benedicto XVI es un claro ejemplo- en la obligación que tenemos los humanos, sean del credo que sean, de proteger, cuidar y hasta mimar el medio ambiente, la madre naturaleza. Y si la Iglesia dice mucho a favor de preservar la naturaleza y ahí se incluyen los bosques, es el momento en que las autoridades, las que pueden influir, den un paso al frente y se alineen a favor del medio ambiente
Benedicto XVI conocido como el Papa ecologista, ha hecho del Vaticano el primer estado neutral en emisiones de CO2, a través de la reforestación de bosques que compensan sus emisiones. El Bosque de clima Vaticano se encuentra en el Parque de Bükk (Hungría). Benedicto XVI ha dicho: "Atentar contra el medio ambiente es pecado" .
Vamos pues a iniciar un año importante en lo tocante a la reforestación de nuestro entorno. Sin ir más lejos la Biblia es muy generosa al hablar y nombrar a los árboles y arbustos. Se ha podido conseguir, gracias al apoyo de la Asociación Valenciana de Amigos de Tierra Santa (AVATS) que preside José Milio, una lista y unos datos importantes acerca de estos ejemplares.
Vamos aquí y ahora, aprovechando este inicio de 2011, nominado por la ONU como Año internacional de los Bosques, a pormenorizar sobre estos teniendo como base fundamental los árboles y arbustos a los que la Biblia hace referencia :
Almendro (Éxodo 25: 33-36)
Albaricoque (Cantar de los Cántares 2: 3)
Bálsamo (Ezequiel 31: 3)
Laurel (Salmos 37 : 35)
Cedro (Ezequiel 31: 3)
Ciprés (Isaías 44: 14)
Palma datilera (Números 33: 9)
Olmo (Oseas 4: 13)
Higuera (Isaías 60:13)
Enebro (I de Reyes 19: 3)
Morera (II Samuel 5: 23)
Mostaza (S. Mateo 13: 31)
Mirra (S. Juan 19: 39)
Arrayán (Isaías 41:19)
Roble (Génesis 35: 8)
Olivo (Éxodo 27: 20)
Pino (Isaías 60 : 13)
Plátano (Génesis 30: 37)
Granado (Éxodo 28: 33)
Espino (Isaías 41: 19)
Sicomoro (S. Lucas 17: 6)
Sicomoro (S. Lucas 19: 4)
Tamarisco (Génesis 21: 33)
Sándalo (Apocalipsis 18: 12)
Sauce (Salmos 137: 2)
LA NOTICIA
El 20 de diciembre de 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución (A/RES/61/193) por la que se declaraba 2011 Año Internacional de los Bosques. Esta celebración resultará útil para tomar mayor conciencia de que los bosques son parte integrante del desarrollo sostenible del planeta debido a los beneficios económicos, socioculturales y ambientales que proporcionan. Con este fin, se promoverá la acción internacional en pos de la ordenación sostenible, la conservación y el desarrollo de todo tipo de bosques, incluidos los árboles fuera de ellos.
Entre las actividades conmemorativas del Año Internacional de los Bosques figura el intercambio de conocimientos sobre estrategias prácticas que favorezcan la ordenación forestal sostenible y el retroceso de la deforestación y la degradación de los bosques. Con objeto de facilitar la organización de estas actividades, se alienta a los gobiernos a que establezcan comités nacionales y centros de coordinación en sus países respectivos, y a que aúnen sus esfuerzos a los de las organizaciones regionales e internacionales y las organizaciones de la sociedad civil.
La Secretaría del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB) será el centro de coordinación designado para la puesta en práctica del Año Internacional de los Bosques. Es la segunda vez que se asigna a los bosques su propio «año internacional». La primera fue en 1985, cuando el Consejo de la FAO pidió a todos los Estados Miembros que concedieran un reconocimiento especial a los bosques en el curso del año a fin de centrar la atención mundial en la necesidad de conservar y proteger los bosques; despertar la conciencia política y pública en lo relativo a los recursos forestales; identificar y poner de relieve los factores que amenazan a estos recursos forestales; y movilizar a la población, y en especial a los jóvenes, para que participasen en actividades orientadas hacia la protección de los bosques.
La FAO estima que cada año, mas de 130.000 km² de bosques se pierden debido a la deforestación. La conversión a tierras agrícolas, la recolección insostenible de madera, las prácticas de la gestión inadecuada de la tierra, y la creación de los asentamientos humanos son las razones más comunes para la pérdida de zonas boscosas. Según el Banco Mundial, la deforestación representa hasta un 20 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global y, con ello, al cambio climático. Los bosques constituyen el hábitat de alrededor de dos tercios de todas las especies sobre la tierra y la deforestación de bosques tropicales produce la pérdida de biodiversidad de hasta 100 especies por día.
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