(Desde El Cañamelar y El Rosario, parroquia perteneciente all arciprestazgo san Pío X, José Ángel Crespo Flor)
La Hermanad del Stmo. Cristo de los Afligidos, con sede en la parroquia Nuestra Señora del Rosario (Cañamelar - Valencia) celebrará hoy por la tarde - noche una Misa en Acción de Gracias al Santísimo Cristo del Salvador en su Real Iglesia.
Terminadas las Fiestas, que este año si caben han revestido una mayor solemnidad, la Hermandad del Cristo de los Afligidos del Cañamelar, que este año celebra el 125 aniversario de la primera salida publica y oficial de su Imagen, hecho que tuvo lugar el 11 de octubre de 1885, en su deseo de perpetuar esta relación que existe entre ambos colectivos desde el 17 de noviembre de 2008 cuando la Antigua, Ilustre, Pontificia y Real Archicofradía y Hermandad del Santísimo Cristo del Salvador obsequió a la hermandad del Cristo de los Afligidos, Señor y Patrono del Cañamelar con la Medalla de las 5 Llagas, quiere, a través de esta Eucaristía que siempre se realizará el 19 de noviembre, perpetuar una relación que, en opinión del colectivo de el Cañamelar, ha de ir a más con el paso del tiempo y el transcurrir de los años. Desde entonces, desde ese 17 de novioembre de 2008 luce el antiquísimo 'paño de purezas' que ahora, con esta medalla de las 5 llagas es, si cabe, una 'mayor joya'.
Con esta son cuatro Eucaristías anuales las que realiza la Hermandad del Cristo de los Afligidos en diferentes capillas, basílicas e iglesias de Valencia. A saber: ultimo lunes de Mayo (Real Basílica de la Virgen de los Desamparados); Segundo Domingo de Adviento (Real Parroquia de Los Santos Juanes); 19 de Noviembre, (Real Iglesia del Salvador) y segundo jueves de diciembre (Capilla del Santo Cáliz). "Con ello -aseguraron fuentes de la Hermandad- pretendemos cumplir varios objetivos: estar presentes en estos templos de tanta significación religiosa para la Iglesia que peregrina en Valencia y después, dar a conocer a la Hermandad y a su Titular, el Cristo de los Afligidos, en estos importantes foros religiosos
VINO DE CANÁ
La Hermandad al realizar la petición de esta Eucaristía regaló a la Real Parroquia del Salvador en la persona de su párroco D. José Máximo, una botella de vino de Caná, traído expresamente por la Asociación Valenciana de Amigos de Tierra Santa y comprada por la propia Hermandad que desea, a través de este obsequio, acercar un poco Tierra Santa a las parroquias y de paso, ayudar con esta aportación a los cristianos que allí, en la misma Tierra donde Jesús vivió y murió, trabajan incansablemente para que Tierra Santa continúe lo que es: una Tierra donde acuden cada año miles y miles de peregrinos de todo el mundo y una Tierra que, para el cristiano católico, lo es todo.
VERBUM DOMINI
En la recientemente publicada Exhortación apostólica post sinodal “Verbum domini” el propìo Papa se pronuncia sobre el gran significado que aún hoy en diía tiene Tierra Santa para todos los cristianos. Benedicto XVI, en el 'apunte 89' lo deja bien claro cuando escribe: "Al considerar que el Verbo de Dios se hizo carne en el seno de María de Nazaret, nuestro corazón se vuelve ahora a aquella Tierra en la que se ha cumplido el misterio de nuestra redención, y desde la que se ha difundido la Palabra de Dios hasta los confines del mundo. En efecto, el Verbo se ha encarnado por obra del Espíritu Santo en un momento preciso y en un lugar concreto, en una franja de tierra fronteriza del imperio romano. Por tanto, cuanto más vemos la universalidad y la unicidad de la persona de Cristo, tanto más miramos con gratitud aquella Tierra, en la que Jesús ha nacido, ha vivido y se ha entregado a sí mismo por todos nosotros. Las piedras sobre las que ha caminado nuestro Redentor están cargadas de memoria para nosotros y siguen ³gritando´ la Buena Nueva. Por eso, los Padres sinodales han recordado la feliz expresión en la que se llama a Tierra Santa «el quinto Evangelio».[307] Es muy importante que, no obstante las dificultades, haya en aquellos lugares comunidades cristianas. El Sínodo de los Obispos expresa su profunda cercanía a todos los cristianos que viven en la Tierra de Jesús, testimoniando la fe en el Resucitado. En ella, los cristianos están llamados no sólo a servir como «un faro de fe para la Iglesia universal, sino también levadura de armonía, sabiduría y equilibrio en la vida de una sociedad que tradicionalmente ha sido, y sigue siendo, pluralista, multiétnica y
multirreligiosa».
La Tierra Santa sigue siendo todavía hoy meta de peregrinación del pueblo cristiano, como gesto de oración y penitencia, como atestiguan ya en la antigüedad autores como san Jerónimo.[309] Cuanto más dirigimos la mirada y el corazón a la Jerusalén terrenal, más se inflama en nosotros tanto el deseo de la Jerusalén celestial, verdadera meta de toda peregrinación, como la pasión de que el nombre de Jesús, el único que puede salvar, sea reconocido por todos (cf.Hch 4,12)
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