domingo, 7 de noviembre de 2010

El sacerdote valenciano Antonio Díaz Tortajada alaba, en este escrito, el magisterio incomparable de Antonio Gaudí

(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor)

Barcelona cuenta desde hoy con una nueva basílica, la Sagrada Familia. Se trata de una obra arquitectónica única en la que la mano y el arte de Antoni Gaudí, obraron el milagro de construir una Obra para Dios. Una obra conocida y reconocida en el mundo entero y de la que todos los españoles nos debemos de sentir orgullosos por lo menos tanto como se ha de sentir el santo padre tras ver con sus propios ojos la grandiosidad de esta obra majestuosa y a la que no le falta ningún detalle teológicamente hablando.
Antonio Diaz Tortajada, con su buen hacer periodístico, ha ensalzado al autor de semejante icono del catolicismo español del siglo XXI. Una vez más, Antonio ha puesto a disposición de todo aquel que quiere leerlo lo mejor que sabe hacer: su talento como escritor y periodista. Y al señalar esto -aunque algunos no lo acepten o lo duden- no me ciega la amistad aunque he de manifestar que sí, soy amigo de Antonio como él creo también que es muy buen amigo mío. Simplemente hago mías las palabras que mejor pueden resumir su importante y valioso curriculum como periodista, escritor y poeta. Y si alguien aún duda de estos adjetivos míos sigan leyendo más abajo y lo entenderan todo mucho mejor.

GAUDÍ, ARQUITECTO DE DIOS

Por Antonio DÍAZ TORTAJADA
Sacerdote-periodista

Antonio, dicen que tu, fuiste el arquitecto de Dios
y comprendiste tu profesión
como una misión evangelizadora.
Sentiste la urgencia de llevar el Evangelio
y la presencia de Dios
por medio de tu obra arquitectónica
al pueblo de Dios y al mundo entero.
Por eso tenías la costumbre de coronar tus proyectos
con el signo de la Santa Cruz.
Y deseabas que todas tus obras arquitectónicas
acercaran a través de sus piedras a Dios
a las personas que las contemplaran.
¿Quién no recuerda haber admirado
las torres del templo de la Sagrada Familia
con aquella inscripción latina de alabanza a Dios?
Tu mismo lo explicaste con estas palabras:
Estas inscripciones serán como una cinta helicoidal
que se elevará por las torres.
Todo aquel que las lea, incluso los incrédulos,
entonará un himno a la Santísima Trinidad
a medida que vaya descubriendo su contenido:
El Sanctus, Sanctus, Sanctus,
al leerlo, le conducirá la mirada hacia el cielo.
Hoy estarás contento desde el cielo de tus anhelos;
El mundo entero siente ante las piedras vivas
tu provocación y tu invitación a la fe cristiana.
Antonio Gaudí:
En tus obras arquitectónicas
y en especial en la Sagrada Familia
donde reposan tus restos mortales
vemos un mundo de curvas que al cielo claman,
presuntos arbotantes y botareles
que caminan buscando un horizonte que se despeñe
y modelen las manos de un Divino Creador.
En tus obras vemos danzas de fuego en las calles ocultas;
celdas para un refugio de vigilias y éxtasis
en la era palaciega que atraviesa el umbral,
cómo cataclismos que a la vista alteran.
Vemos al Genio del tiempo,
en los misterios de la historia,
con la tenacidad que siempre sueña
al abrir abanicos de los enigmas de la vida
entre trazos sensibles de aire blando.
Vemos mansiones como maceradas flores,
estucos y relieves que el tiempo no destruye;
milenarias medidas minuciosas y descriptivas,
un flabelo de estatuas y columnas de alabastro.
Tus obras son imágenes de la maravilla,
imágenes encantadoras, desplegando todo el misterio,
y toda la intriga de la espera
para sorprender a la vuelta de cada esquina.
Tus obras expresan el asombro y la emoción
que llena el corazón y la mente.
Tus obras son un homenaje a la belleza del Señor
permanentemente orgullosas, llegando hasta el cielo,
son formas de la naturaleza, vueltas y revueltas,
suave seguro dentro de la gran fuerza del movimiento.
Tus obras son la imaginación hecha piedra
y la nueva creación a cargo de un espíritu dotado.
En tus obras vemos matices y matices
que vencen lanzas sin rendición,
espejos de Reyes, auras movidas sin viento,
son el mundo secreto que viene de la Gloria,
inefable expresión de un Misterio adónico.
Vemos en tus obras trémolos
en medio de iconos ondulados,
rocas que parecen entonar una escala
y la garganta sensible del viento a su paso
dejando trozos de seda como áureo gladiador.
En tus obras vemos dolorosas vías,
rubricadas por el destino
y miran a las torres mudas y expectantes entre sollozos,
que el misterio se vuelva Misterio,
y la materia hable el lenguaje de su Dios
y entonces te vemos a ti Antonio Gaudí solitario
camino del Cielo.

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