(Desde El Cañamelar, José Angel Crespo Flor). Con la llegada de Adviento este blog se propone ayudarles a tener más y mejor presencia en la Misa Dominical. Adviento es uno de esos Tiempos Fuertes donde la Iglesia siempre pone mucho empeño. Y creemos que insertando las dos Lecturas, el Salmo responsorial y el Evangelio ayudamos a que el laico prepare mejor cada domingo de espera ante el nacimiento del Hijo de Dios, su presencia en la Santa Misa.
Si además de todo esto, le añadimos algún texto más, llámese como se llame su autor, estarán conmigo que dicha lectura se enriquecerá más y podrá dar 'mejores frutos'.
Adviento es un tiempo de espera y de esperanza. Nosotros también hemos de tomar este tiempo con estos dos condicionantes: espera ilusionada ante el nacimiento del Niño Jesús en Belén y esperanza ante el gran acontecimiento que marcó entonces y sigue marcando ahora, la historia de los pueblos: Jesús nació de la Virgen María, se hizo hombre, fue uno de los nuestros, pasó popr la vida haciendo el bien y al final de sus días murió en la cruz. Sin embargo su Resurrección Gloriosa al tercer día es lo que nos da la esperanza en la Vida Eterna, en esa existencia que no conoce trabas ni fronteras.
Vamos pues con las lecturas de este Primer Domingo de Adviento.
* Lectura del libro de Isaías 2, 1-5
Visión de ásalas, hijo de Amos, acerca de Judá y de Jerusalén:
Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor
en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos.
Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob:
él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor.»
Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestraran para la guerra.
Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.
* Salmo responsorial, 121
R. ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"!
¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.» R.
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R.
* Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 13, 11-14a
Hermanos: Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.
Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo y que el cuidado de nuestro cuerpo no fomente los malos deseos.
* Lectura del santo evangelio según san Mateo 24, 37-44a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Y como antes anunciamos, aquí les presentamos dos reflexiones. Una es de san Efrén y la otra del sacerdote, periodista y poeta Antonio Diaz Tortajada. Les dejo con ellas.
* San Efrén acerca del Adviento nos dice:
En este tiempo de Gracia
'Esperamos:
A Aquel que llena de alegría nuestro mundo.
Al recién nacido que rejuvenece a la humanidad.
Al Fruto que se inclina para saciar nuestra hambre.
Al Bueno que enriquece nuestra pobreza.
Al Médico que se acerca para curar nuestras dolencias.
Al Hijo de Dios que por su venida da la vida al mundo-
Al Silencioso, que va a hablarnos por su Voz.
Al Oculto cuyo Hijo va a hacerse visible.
Al Viviente cuyo Hijo se hacer mortal.
Gloria a la Fuente que va a ser enviada para nuestro perdón.
Gloria al Misericordioso que llevará nuestras cargas.
Gloria a su venida que da la Vida a los seres humanos.
Gloria al que viene a nosotros por su Primogénito'.
Gloria al Grande cuyo Hijo desciende para hacerse pequeño.
* Al sacerdote y periodista Antonio Díaz Tortajada se le debe este Salmo de Adviento que ha publicado en Vilanova Maris
Yo no soy un Biuda feliz
que arrancó la raíz de los deseos.
Yo soy el amigo que dice: Ven
Yo soy la novia que grita: Ven
Yo soy la madre que espera: Ven
El mundo lucha y evoluciona.
Es la historia que está de parto,
que ha sido fecundada por el Espíritu,
que prepara la llegada del hijo nuevo: el Adviento.
Los trabajos del científico y del obrero,
las luchas del guerrillero y del no-violento
los desvelos de los padres y de los líderes,
los sufrimientos de los enfermos marginados
cantan a coro: Ven
Las ilusiones de los niños
las esperanzas del joven,
el tedio de los ancianos,
el canto de los que triunfan
y el llanto de los caídos
no dejan de repetir: Ven.
Un Adviento creciente,
hijo de la esperanza y la paciencia,
padre de la ilusión y del esfuerzo.
Una fuente secreta
y un murmullo repetido,
orquestado por el Espíritu:
¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!
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