lunes, 14 de mayo de 2012

ORACIÓN ANTE EL CENTENARIO DEL LEVANTE U.D.

 Por Antonio DÍAZ TORTAJADA. Sacerdote-periodista



Señor:

Queremos darte gracias por estos cien años de historia:

Con sus gozos y sus sombras.

Celebramos, como deportistas,

el centenario del equipo Levante Unión Deportiva

Nacimos en los barrios pescadores de los Poblados Marítimos:

Ahí está nuestra cuna y parte de nuestra historia.

Somos el final de una larga cadena

de hombres que lucharon y pusieron toda su voluntad

en el esfuerzo, en el trabajo y en el dominio de su cuerpo

por construir una cultura de la solidaridad,

de la entrega y de la vida.

Nos unimos a tantos deportistas que de una forma u otra

dieron parte de su vida en el estadio,

bien en nuestros barrios marineros valencianos,

o bien como semilla de otros equipos.

Después de cien años de esfuerzo y trabajo,

te pedimos, Señor, que nos des valentía y fuerzas suficientes

para reflexionar juntos, como equipo,

sobre nuestra condición de deportistas

en un mundo cargado de esperanza.

Tras cien años de historia nos queremos encontrar

para soñar juntos un futuro de paz,

unidos en la misma fe de nuestros antepasados

Muchos de los sueños de los que nos han precedido

se han hecho realidad;

otros están aún por realizarse.

Queremos recoger esta herencia,

para dar un suplemento alma al trabajo de nuestro deporte.

Fortalece nuestros lazos humanos y deportivos.

Que juntos formemos una gran cadena de amor.

Estamos convencidos de que, para ello,

hay que prestar oído a los jóvenes y permitirles ser protagonistas

de otros cien años de historia

abriéndoles espacios de responsabilidad

en la vida social y deportiva.

Que seamos deportistas

que se desapegan de las riquezas obtenidas

por los dones que Dios nos dio;

porque así abriremos con mayor facilidad nuestro espíritu

para recibir el Reino de Dios como herencia.

Haznos mansos y humildes de corazón,

porque de esta forma

pisaremos con mayor seguridad el campo de juego,

y jugaremos confiados en que somos dueños de nosotros mismos.

Y asumiremos no sólo nuestros fracasos y derrotas deportivas

sino también todos los dolores cuantos sufren en nuestro entorno.

Señor:

Que junto con el hambre y la sed

que tenemos por vencer en la competencia,

también tengamos hambre y sed

por la victoria de Dios entre los hombres.

Danos limpieza en el juego y en la vida

porque solo así, jugando limpio,

podremos contemplar no solo el rostro humano

de nuestros compañeros de equipo y sus competidores,

sino también veremos el verdadero rostro del Dios verdadero.

Enséñanos a construir un equipo acogedor y solidario,

que sea respetuoso, comprensivo y capaz de integración,

que trabaje por la paz y la libertad

y sea consciente de su propio pasado.

Que que el Levante Unión Deportiva

construida sobre valores de generosidad y de entrega de sí,

de interioridad y de búsqueda sincera de la verdad.

sea aquella unión de hombres,

que nació para vivir el deporte y la vida,

conforme a las enseñanzas de Jesús.

Colócanos, Señor, en buen camino

para heredar tu amistad eterna.

Que Nuestra Señora del Deporte y Madre de los Desamparados

nos ayude a todos. Amén

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