Por Antonio DÍAZ TORTAJADA. Sacerdote-periodista
Señor:
Queremos darte gracias por estos cien años de historia:
Con sus gozos y sus sombras.
Celebramos, como deportistas,
el centenario del equipo Levante Unión Deportiva
Nacimos en los barrios pescadores de los Poblados Marítimos:
Ahí está nuestra cuna y parte de nuestra historia.
Somos el final de una larga cadena
de hombres que lucharon y pusieron toda su voluntad
en el esfuerzo, en el trabajo y en el dominio de su cuerpo
por construir una cultura de la solidaridad,
de la entrega y de la vida.
Nos unimos a tantos deportistas que de una forma u otra
dieron parte de su vida en el estadio,
bien en nuestros barrios marineros valencianos,
o bien como semilla de otros equipos.
Después de cien años de esfuerzo y trabajo,
te pedimos, Señor, que nos des valentía y fuerzas suficientes
para reflexionar juntos, como equipo,
sobre nuestra condición de deportistas
en un mundo cargado de esperanza.
Tras cien años de historia nos queremos encontrar
para soñar juntos un futuro de paz,
unidos en la misma fe de nuestros antepasados
Muchos de los sueños de los que nos han precedido
se han hecho realidad;
otros están aún por realizarse.
Queremos recoger esta herencia,
para dar un suplemento alma al trabajo de nuestro deporte.
Fortalece nuestros lazos humanos y deportivos.
Que juntos formemos una gran cadena de amor.
Estamos convencidos de que, para ello,
hay que prestar oído a los jóvenes y permitirles ser protagonistas
de otros cien años de historia
abriéndoles espacios de responsabilidad
en la vida social y deportiva.
Que seamos deportistas
que se desapegan de las riquezas obtenidas
por los dones que Dios nos dio;
porque así abriremos con mayor facilidad nuestro espíritu
para recibir el Reino de Dios como herencia.
Haznos mansos y humildes de corazón,
porque de esta forma
pisaremos con mayor seguridad el campo de juego,
y jugaremos confiados en que somos dueños de nosotros mismos.
Y asumiremos no sólo nuestros fracasos y derrotas deportivas
sino también todos los dolores cuantos sufren en nuestro entorno.
Señor:
Que junto con el hambre y la sed
que tenemos por vencer en la competencia,
también tengamos hambre y sed
por la victoria de Dios entre los hombres.
Danos limpieza en el juego y en la vida
porque solo así, jugando limpio,
podremos contemplar no solo el rostro humano
de nuestros compañeros de equipo y sus competidores,
sino también veremos el verdadero rostro del Dios verdadero.
Enséñanos a construir un equipo acogedor y solidario,
que sea respetuoso, comprensivo y capaz de integración,
que trabaje por la paz y la libertad
y sea consciente de su propio pasado.
Que que el Levante Unión Deportiva
construida sobre valores de generosidad y de entrega de sí,
de interioridad y de búsqueda sincera de la verdad.
sea aquella unión de hombres,
que nació para vivir el deporte y la vida,
conforme a las enseñanzas de Jesús.
Colócanos, Señor, en buen camino
para heredar tu amistad eterna.
Que Nuestra Señora del Deporte y Madre de los Desamparados
nos ayude a todos. Amén
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