(Desde El Cañamelar, Valencia, José Ángel Crespo Flor)
Corría el año 1978 cuando el entonces Papa Juan Pablo II confesó al mundo que su oración preferida era el Rosario. En 2002, tres años antes de su fallecimiento -como si comenzase a presagiar que su final estaba cerca- incluyó cinco misterios mas en el rezo del Rosario, los 'luminosos'. El difunto papa solía llamar al rosario 'dulce cadena que nos une con Dios'. Una cadena que en el tercer milenio se tornaría poco menos que imprescindible para buscar la paz, concordia y armonía entre todos los pueblos.. Estamos pues ante la oración preferida por Juan Pablo II. Una oración a la que no fallaba y una oración que rezaba todos los días por más trabajo que tuviese.
A modo de homenaje vamos a hacer nuestras las palabras que en su día remarcó el propio Juan Pablo II para da a entender a todos la necesidad de aumentar los misterios en otros cinco: los llamados 'luminosos'. Unos misterios que vienen a completar a los otros tres ya existentes: gozosos, dolorosos y gloriosos. El nuevo beato de la Iglesia dijo sobre el rezo del santo Rosario que "quien interioriza el misterio de Cristo - y el rosario tiende precisamente a eso- aprende el secreto de la paz y hace de ello un proyecto de vida".
A modo de homenaje vamos a transcribir lo que el propio Juan Pablo II comentó sobre los nuevos misterios, los misterios Luminosos, y que ha publicitado esta semana el periódico católico ALBA:
1.- El bautismo en el Jordán: "Cristo se hace pecado por nosotros, entra en el agua del rioo, el cielo se abre y la voz del padre lo proclama Hijo predilecto, y el Espíritu desciende sobre Él para investirlo de la misión que le espera".
2.- La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná: "Transformando el agua en vino, Cristo abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente".
3.- El anuncio del reino de Dios invitando a la conversión: "Con la predicación Jesús anuncia la llegada del reino de Dios e invita a la conversión, perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe, iniciando el misterio de misericordia que Él continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la reconciliación confiado a la Iglesia".
4.- La transfiguración: "Es el misterio de luz por excelencia. la gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo escuchen".
5.- La institución de la Eucaristía: "Cristo se hace alimento con su cuerpo y su sangre bajo las especies del pan y del vino, dando testimonio de su amor por la humanidad hasta el extremo y por cuya salvación se ofrecerá en sacrificio".
No quiero finalizar este comentario, a modo de homenaje a la figura y obra de Juan Pablo Ii sin mencionar lo que el papa polaco dejó a los fieles: el recuerdo de las palabras que el beato Bartolomé Longo, apóstol del Rosario, dirigió a la Virgen: "Tú serás nuestro consuelo en la hora de la agonía. para ti el último beso de la vida que se apaga. Y el ultimo susurro de nuestros labios será tu suave nombre, oh Reina del Rosario de Pompeya, oh Madre nuestra querida, oh Refugio de los pecadores, oh Soberana consoladora de los tristes". (Para leer esta u otras informaciones del propio autor pinchar en: apuntescristianos levantino.blogspot.com)
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