(Desde El Cañamelar, Valencia, José Ángel Crespo Flor).- No quisimos que transcurriera el año sin visitar el Cementerio del Cabañal donde reposan los restos del padre Luis Navarro y rezar un Padre Nuestro en su memoria. Es la forma cristiana de recoirdar su figura, agradecer lo que realizó por la parroquia y por el Barrio y asegurar que su presencia marcará un antes y un después.
Además, ahora que la Hermandad del Cristo de los Afligidos posee un retrato suyo, siempre lo tendrá presente pues no hay que olvidar que fue él quien en 1885 (11 de octubre) sacó el Cristo de los Afligidos a la calle para que llevase consuelo, paz y esperanza al barrio sumido en un caos por el terrible cólera que padeció y que sembró de luto, dolor y llanto a muchas familias.
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