martes, 29 de junio de 2010

'Lolo' volvió a 'peregrinar' a Lourdes, ahora ya como nuevo beato de la Iglesia

(Desde El Cañamelar (Valencia), José Ángel Crespo Flor)

Manuel Lozano Garrido 'Lolo' volvio a 'estar presente' en Lourdes, en esta ocasión ya como nuevo beato de la Iglesia Católica toda vez que el pasado 12 de junio fue proclamado como tal en Linares, su pueblo natal. La idea de esta nueva 'peregrinación no física' partió de quien firma esta crónica al entender que "el mensaje y la obra de 'Lolo' han de ser conocidas en todo el mundo y Lourdes, por la cantidad de peregrinos que arrastra todo el año y todos los años es un lugar privilegiado para que el espíritu de 'Lolo' siga estando presente y lo más importante, perdure y se conozca.

Junto al cirio, en el que se podía leer la leyenda: Manuel Lozano Garrido 'Lolo' (Periodista y enfermo). Beato de la Iglesia desde el 12 de junio de 2010. Peregrinó a Lourdes en 1958; se entregó el libro 'Reportajes desde la cumbre' (2ª edición del Premio Especial Monte de Espiritualidad - 68) con el único fin de que  la figura y obra de 'Lolo' esté presente siempre en Lourdes. En el interior del libro  se hace constar este escrito "En 1958 Manuel Lozano Garrido 'Lolo', periodista y enfermo, peregrinó a Lourdes. En 2010 deposito este libro en el Museo de Lourdes para que en este santo lugar este siempre presente, el nuevo beato de la Iglesia. José Ángel Crespo. Cañamelar - Lourdes"

La idea de encender este cirio en honor del nuevo beato me la dió el mismo 'Lolo' cuando en 1958, la única vez que peregrinó a este santuario mariano francés, le dijo a su hermana Luci, "comprale a la Virgen de Lourdes, la vela más grande que haya para que arda nuestra fe mucho". Esta única frase hizo que no dudase y que le encendiera en la misma gruta de Massabielle, donde La Señora de los Pirineos se le apareció a Bernardette en 1858,  el velón que pueden apreciar en la foto. Lo hice con dos únicos objetivos: mantener vivo el recuerdo de 'Lolo' y que este volviese a estar presente -aunque ahora de forma espiritual- en Lourdes, junto a la misma gruta donde la Virgen se le apareció a Bernardette, 52 años después de aquella su primera y única presencia física. Es más me comprometo para hacer lo mismo en futuras peregrinaciones: encender una vela grande para que el espíritu de 'Lolo' esté presente al menos un par de días al año en este santuario francés que cada año es visitado por millones y millones de peregrinos".

Si con esta apuesta clara por popularizar la figura, obra y mensaje de 'Lolo' la Iglesia lo sitúa como patrono de los periodistas españoles  toda vez que san Francisco de Sales, doctor de la Iglesia Universal, se ha ganado a pulso ser el patrono de los periodistas y escritores católicos, nos daremos por satisfechos. Ahora para asentar lo anterior tomaré unos textos de la homilia que pronunció el arzobispo Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos en la Misa que presidió en Linares, pueblo donde nació y murio 'Lolo', el pasado 12 de junio de 2010.  

Ofrecía sus sufrimientos por los periodistas, para los que escribió una especie de decálogo. Releamos alguno de estos mandamientos, de indiscutible actualidad para los actuales profesionales de la comunicación social:
"Da gracias al ángel que clavó en tu frente el lucero de la verdad y lo bruñe a todas horas";
"Cuando escribas lo has de hacer de rodillas para amar";
"Trabaja el pan de la limpia información con la sal del estilo y la levadura de lo eterno";
"Árbol de Dios, pídele que te haga roble, duro e impenetrable al hacha de la adulación y el soborno";
"Recuerda que no has nacido para prensa de colores. Ni confitería, ni platos fuertes: sirve mejor el buen bocado de la vida limpia y esperanzadora, como es" [5].
Para él, el periodista es como la fuente del pueblo, que brota y apaga la sed día y noche, dando frescura, optimismo, amor, esperanza y siempre una sonrisa. Exhortaba a evitar la prensa de colores, negra, rosa y amarilla, y a usar siempre una palabra clara y limpia, como la luz del sol.
Lolo murió el tres de noviembre de 1971, a los 51 años, fecha en que, a partir de ahora, se le recordará en las Eucaristías de se día.

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