Por Antonio DIAZ TORTAJADA (Sacerdote-periodista)
Santísima Virgen de la Caridad del Cobre
Madre de Dios y Madre nuestra,
Reina y Patrona de todos los cubanos:
Con alegría acudimos a ti para poner en tus manos
nuestros gozos y nuestras esperanzas,
nuestras alegrías y tristezas,
y los gozos y esperanzas,
alegrías y tristezas
de todos los hombres de nuestro tiempo.
Cuando levantamos los ojos al trono de tu grandeza
te contemplamos la mayor de todas las criaturas.
¿Cómo es posible que nos atrevamos a llamarte
Madre nuestra y Madre de todos cubanos?
Tú que eres Madre de Dios
y eres también Madre nuestra.
Así te mostraste desde hace cuatrocientos años
cuando llegó tu imagen bella
por entre las aguas a esta isla de Cuba.
Eres madre tierna y amorosa de cuantos te buscan
y solicitan tu amparo.
Toda tu vida fue conformarse con la voluntad
de tu divino Hijo Jesús quien olvidándose
de la pena angustiosa de la Cruz y entre su mortal agonía
te encargó para que nos mirases con amor como hijos tuyos.
No merecemos llamarnos hijos,
pero tu has querido ser Madre nuestra,
y en especial de todos los hijos de la isla de Cuba.
Deseamos ponernos a tus pies:
Bendita seas Madre de todos los cubanos
que desde tus brazos nos ofreces a tu Hijo Jesús,
que por amor a nosotros y por nuestra salvación,
murió en la Cruz.
Que la Cruz de tu Hijo Jesús,
símbolo del sacrificio redentor y de su mensaje evangélico,
se clave muy profundamente en las entrañas de nuestro pueblo.
Que en los dos maderos de esa Cruz
encontremos el camino de la justicia y de la paz.
Que triunfen en Cuba y en toda América
los tres grandes ideales que se encierran
en la Cruz de tu Hijo Jesús:
El ideal de la fe, de un cristianismo vivo y dinámico,
frente al materialismo que quiere invadirnos;
el ideal de la libertad, porque Tú nos hiciste libres
y quieres que sean respetados
todos los derechos que diste a todos tus hijos,
frente a la opresión
a que quieren someternos los que olvidan tu Ley;
el ideal de justicia social, porque todos somos hermanos,
hijos de un mismo Padre celestial,
y frente al odio y a la lucha de clases
queremos unirnos en un abrazo de justicia y amor.
Te pedimos, Madre de Dios y patrona de Cuba,
por cuantos en la isla luchan por estos ideales.
A los que te han hecho la ofrenda preciosa de sus vidas en flor,
dales el descanso y la paz,
y haz que sea fecundo su sacrificio.
A los que padecen en las cárceles y a cuantos luchan y sufren,
concédeles la fortaleza y la gracia.
Y haz que los que están sometidos a la dura prueba del exilio,
y de los que allá luchan y allá mueren.
sepan ser dignos hijos de tan magnífica Madre.
Que tu Hijo Jesús, dé a los equivocados la luz;
y a los que odian, el amor.
Haz que la juventud de Cuba sepa comprender que:
Es mejor vivir heroicamente que vivir cómodamente.
Haz, Santísima Virgen de la Caridad del Cobre
que nuestros pueblos encuentren en Ti el verdadero camino,
la verdadera respuesta a sus inquietudes
y a sus justas aspiraciones,
así como la verdadera paz como de fruto de la justicia.
Santísima Virgen de la Caridad del Cobre
Madre de Dios y Madre nuestra
Reina y Patrona de todos los cubanos:
Que la isla de Cuba, y con ella toda la América,
sea tuya, bajo el signo de la Cruz.
Amén.
Valencia 8 de septiembre de 2012
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